Huitzilopochtli

Sunday, January 10, 2010

Ein kampf, totalen krieg.

Hoy fue un día ridículo, molesto, absurdo. Son las once de la noche y estoy en mi cuartucho poniendo en orden mis recuerdos. Empecé el día recordando mis sueños y después fui a jugar todo lo que me dio ella, a la ruleta. Prometió darme luego una explicación y nos despedimos.

La facultad de adquirir bienes constituye, a lo largo de la historia, uno de los principales puntos del catecismo de las virtudes occidentales. Yo en cambio, soy incapaz de adquirir riquezas, más bien las dilapido, claro que también necesito el dinero por eso juego a la ruleta, que me permite ganar mucho de pronto, en unas horas, sin tomarse ningún trabajo.

¿Qué es mejor? ¿Mi extravagancia o el procedimiento sistémico de amasar fortunas con el trabajo duro? Prefiero perderme en mí para siempre que adorar al ídolo occidental.

Años, apenas, llevo recorriendo el lugar, lo poco que veo hace sublevar mi naturaleza. Las casas aquí tienen su Vater, virtuoso y honrado. Tan honrado que uno no se atreve a hablar con él. Por la noche toda la familia lee obras edificantes y aquí parece que cada familia se halla en la servidumbre, sometida al Vater. El hijo mayor recibe el oficio o las tierras, se le niega la dote a una hija condenada al celibato. Todo ello no tiene otra causa que la honradez llevada al extremo. La familia se imagina que es por honradez que se le explota.

El hijo mayor entonces se vuelve virtuoso Vater y vuelta a empezar, dentro de sesenta años el nieto del Vater conseguirá un cuantioso capital y lo transmitirá a su hijo, al cabo de seis generaciones, aparece, por fin el Barón de Rothschild y compañía o Dios sabe qué...

He aqui el resultado de dos siglos de trabajo, de esfuerzo, economía y cálculo ¿Qué más se puede pedir? Más alto que esto ya no hay nada y esos juegos de virtud juzgan al mundo entero condenando a aquellos que no los siguen. Pues bien yo prefiero más divertirme a la rusa o intentar enriqueceme en la ruleta, no quiero se Hope y compañía al cabo de 5 generaciones. Tengo necesidad de dinero para mi mismo y no me considero un apéndice necesario del capital. Y sé que exagero un poco pero me alegra que eso sea lo que creo.

Y ella parecía no escuchar nuestra conversacion de sobremesa...

F.D.

Facebook me!