Its all in the mind, you know?

Las deficiencias en la estructura educativa favorecen la presencia de manifestaciones inadecuadas de los jóvenes en su vida pública. Así lo refiere el psicólogo Juan Carlos García Ramos, Presidente de la Federación de Psicólogos de México, AC con sede actualmente en Querétaro. En torno a los acontecimientos que se suscitaron recientemente en el Centro Histórico de nuestra ciudad, donde jóvenes identificados como Emos fueron agredidos por otras personas de grupos contrarios, García Ramos explicó que el evento convocado para ese día, tuvo que haber surgido de jóvenes integrantes de diversas instituciones educativas los cuales, han tenido presencia ya desde hace tiempo y sin que las autoridades educativas lo hayan detectado. Primero, se trata de una deficiencia en la estructura educativa que no tiene la capacidad de identificar, ni mucho menos de intervenir en las conductas de riesgo que manifiestan los jóvenes. Segundo, se trata de una contradicción en cuanto a las formas de tolerancia en las instituciones educativas. La presencia de grupos juveniles con ideologías diferentes, el consumo de droga, la conducta agresiva entre ellos, el acoso hacia los maestros -y viceversa- suelen ser el pan de cada día en muchas escuelas de nivel secundaria y preparatoria. Sin embargo, los docentes encargados de educar no fungen como tutor, asesor u orientador, por lo que estos factores de riesgo no son advertidos y caen en la tolerancia por desconocimiento. Sin embargo, cuando ocurre un suceso de menor o mayor peligrosidad, no son tolerados y el o los alumnos involucrados son expulsados del plantel en lugar de evaluar y resolver la situación de otra manera.Se trata entonces, de fortalecer la función de Tutoría Escolarizada, de crear espacios colectivos de análisis como lo son los Grupos de Reflexión o una Comisión de Ética Escolar, integrada por profesionales dedicados exclusivamente a la resolución de los dilemas que presentan los jóvenes con sus conductas de riesgo.Es cierto que no podemos asumir una sola causa a los problemas que presentan los adolescentes, pero también no es correcto satanizar a la familia por cómo sus integrantes se visten, expresan emociones, cambian de valores o asumen estilos de vida no saludables, etcétera. Eso es no tener tolerancia a las formas que asumen las familias para funcionar de acuerdo a sus posibilidades. Las familias proveen ciudadanos que, atravesando un proceso educativo escolarizado, consolidan sus competencias y habilidades para desenvolverse en la sociedad y ser productivos. Yo creo que la escuela sigue siendo el punto de equilibrio en el futuro de los jóvenes y corremos el riesgo de equivocarnos si no lo atendemos de una manera conveniente